Texto: Luis Gómez Sandi Fotos: Luis Gómez Sandi / Salvador Tabares
Como una muestra más de que los grandes clásicos nunca pierden vigencia, el sábado 26 de octubre la Concha Acústica provocó una oleada de nostalgia en tonos multicolores aludiendo a lo más memorable de la psicodelia con un singular tributo a Pink Floyd a cargo de la agrupación Fluido Rosa y la imponente presencia de Durga Mcbroom, vocalista femenina de la banda inglesa de 1987 a 1994.
Se trató de un encuentro íntimo, cobijado por la espesura de los árboles del Parque Agua Azul con una afluencia de asistentes un tanto lenta que se fue nutriendo paulatinamente con el avance de la tarde. Para las 19:00 hrs. apareció Real Albatross, quienes con su repertorio de rock alternativo comenzaron a calentar los motores. Posteriormente, a la par de la noche, el ambiente fue adentrándose en un giro cronológico con la participación de La Revo, aquella mítica banda tapatía que causara conmoción en los albores del rock nacional bajo el nombre de La Revolución de Emiliano Zapata, al mando de Javier Martín del Campo que hizo gala de sus muy bien conservadas habilidades con las cuerdas reviviendo los acordes de las icónicas «Nasty Sex», en dos ocasiones, «Ciudad Perdida» así como algunos intricados rifs de Carlos Santana.
Luego de una larga espera, los jóvenes integrantes de la Orquesta de Cámara de Tlaquepaque y las coristas fueron tomando su lugar precediendo a la aparición de Fluido Rosa quienes, alrededor de las 21:00 hrs., arrancaron el tributo con «Crazy on your crazy diamonds» y «Day of war«. El punto neurálgico del evento llegó con «Mother«. Justo a la mitad del tema, Durga McBroom se plantó muy cerca del vocalista para acompañarlo, abrazarlo y hasta darle un beso en la mejilla, dando cuenta de su enorme potencial que dominaba incluso por encima de los eventuales problemas técnicos.
Fueron sucediendo grandes éxitos como «Another brick on the wall«, «Hey you», «Marooned«, «Speak to me» y «Highs» en los que eventualmente participaba Durga McBroom, pero sin lugar a dudas el momento estelar ocurrió en «The great gig in the sky» en el que la invitada especial hizo gala de todo su arsenal vocal acompañada por tres de las coristas.
En «Money» Javier Martín del Campo acompañó a Fluido Rosa haciendo sonar su guitarra magistralmente envuelto en un intenso viaje armónico. Siguieron otros clásicos como «Us and them», «Wish you were here», «In the flesh», «Dogs» y «Pigs» para cerrar con «Comfortably numb».
De este modo, la brecha generacional se estrechó por una tarde trayendo viejos recuerdos y acercando nuevos adeptos a la cosmogonía lírica de los británicos de Pink Floyd.
la cantante Durga McBroom, que fue la voz femenina de Pink Floyd entre 1987 y 1994. Su trabajo se puede escuchar en el disco “Delicate sound of thunder”, “The division bell” y “Pulse”.