Texto por Andres Amezcua
Tengo 13 años y estoy escuchando la radio con un camarada cuando de repente toma una cinta y me dice: mira, estos te van a bolar los sesos. La portada del casete tiene la cabeza cercenada de una persona mientras es sostenida por una mano anónima. Ahí conozco a Brujería, ahí conozco uno de los álbumes más brutales del rock «mexicano».
Si el grindcore ya es por esencia transgresor, Brujería lo potencializó al trasladarlo al contexto del México bárbaro. Aquí no tenemos asesinos seriales a quienes cantarles, o apocalipsis zombies u otros holocaustos como los que imaginan los gringos influenciados por Hollywood. Aquí sobran las historias de horror terrenales. Si hay algo con lo que convivimos cotidianamente eso es la violencia: hombres y mujeres colgados de puentes, restos humanos tirados en el bote de la basura de algún barrio, fosas clandestinas con centenares de huesos encontradas a las afueras de la ciudad, personas entambadas o baleadas mientras esperaban el semáforo, y así otras tantas historias de este tipo son el pan de cada día en los medios de comunicación mexicanos. Brujería retrata esta realidad a veces de manera cómica, otras veces cruda, pero sobre todo siempre de manera siniestra.
Odio, ritos satánicos, racismo gringo, apología del narco y de las drogas, sexo son solo algunos de los leitmotivs que impregnan cada una de las letras de las canciones entonadas por Juan Brujo, frontman de la banda y líder moral de una gran secta de grindcoreros de todo el mundo.
Desde aquellos 13 años (ahora tengo 31) nunca he tenido la oportunidad de verlos en vivo. Pero siempre hay revanchas en la vida y la mía será este 23 de noviembre cuando la banda visite la ciudad para presentar su más reciente material discográfico Make América Hate Again (haciendo referencia al gringo más zafado del mundo: Donald Trump). Así, el Foro Independencia albergará nuevamente uno de los shows más brutales del año. Los boletos tienen un costo en preventa de 400 pesos y de 500 pesos el día del evento. Por Pititis, pues, vayamos al llamado que hace Juan Brujo para convertir la noche en un verdadero grito de rabia contra ese güero maldito.