*Gloria Trevi y Mónica Naranjo compartieron con los tapatíos en el Auditorio Telmex su sueño concretado de cantar juntas.
Durante los noventa, Gloria Trevi y Mónica Naranjo se erigieron como íconos musicales de la rebeldía. Sus temas irreverentes y fuera de lo convencional tanto como sus excéntricas cabelleras sirvieron de válvula de escape a la juventud de la época que buscaba liberarse y definir su propia identidad disruptiva.
Hoy, tres décadas después, marcadas por la polémica, ascensos y descensos estrepitosos, las dos divas noventeras soñaron con compartir escenario y lo hicieron realidad con la gira Valientes que, como parte de su recorrido por el país, concretaron su cita en el Auditorio Telmex en Guadalajara el pasado jueves 14 de julio.
El vestíbulo del Auditorio Telmex se vistió de gala desde muy temprano. Los maquillajes extravagantes y el despliegue incesante de vestuarios llamativos que bien podrían competir con las pasarelas de Intermoda, sirvieron como homenaje y reivindicación de la libertad y diversidad sexual que ambas cantantes han enarbolado como bandera, a través de la cual han logrado trascender el paso de los años y permanecer vigentes en varias generaciones. En los pasillos no existían huecos generacionales, desde los más jóvenes hasta adultos maduros compartían la misma expectativa y afición.
Dentro del auditorio la espera se prolongó más de los esperado. La ansiedad fue creciendo a medida que las llamadas para iniciar el show se prolongaban. La penumbra que antecede regularmente al arranque de un concierto se mantuvo tenuemente profanada por una luz azul durante varios minutos más. Luego de una hora de espera, se encendió una pantalla gigante con un video introductorio y el escenario cobró vida con el juego de luces y y los músicos que comenzaron a tocar. Entonces, Gloria Trevi y Mónica Naranjo se apersonaron con todo su esplendor en la cima de una pirámide interpretando «Grande» con pasión inusitada.
Luego de agradecer y saludar al público, que no cesaba de ovacionarlas, Gloria cedió el honor de la primera canción como solista a Mónica Naranjo , por lo que la española interpretó «El amor coloca», uno de los grandes temas de su disco debut de 1994. Posteriormente, Gloria encendió la nostalgia con «Con los ojos cerrados», de su álbum Me siento tan sola de 1992.
De ahí en adelante, fueron tres horas de un extenso recorrido por temas clásicos, éxitos, temas nuevos todos cargados con la irreverencia y profunda pasión que contagiaban a los cerca de siete mil asistentes que permanecieron de pie, cantando, bailando y hasta llorando con entrega total.
«El recuento de los daños», «Sola», «Doctor psiquiatra», «Pelo suelto» o «Desátame», «Sólo se vive una vez», «Pantera en libertad» y «Campanas del amor» sonaron con el ímpetu intacto de los noventas. Mónica Naranjo honró a su compañera haciendo un cover de «La papa sin catsup» y cantó a capella «Empiezo a recordarte», luciendo plenamente el vigor de su voz.
Mientras afuera del recinto se desataba una intensa tormenta con vientos huracanados, adentro se desataba otra tormenta, una de algarabía. Ante la intensa petición del público, las cantantes se besaron. «Nos da miedo que nos guste”, dijo entre risas la Trevi provocando una carcajada de Mónica Naranjo, que respondió “A mi no». La Trevi cedió, “Estoy casada y es mucha complicación un divorcio; pero para irse con este mujerón… nos lo echamos pues”, y así cerraron uno de los momentos más memorables de la noche.
Finalmente, «Todos me miran» y «Grande» cerraron con broche de oro el esperado encuentro de dos icónicas divas que, sobreponiéndose a todos los obstáculos de sus carreras y a nivel personal, demostraron estar vigentes, comprometidas, libres y, sobre todo, valientes.
Texto: Karen de Alba González Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»