*El cantautor español hizo un repaso por tres décadas de trayectoria ininterrumpidas, interpretando lo más clásico de su repertorio
A las 21:15 horas, tras apagarse las luces, se escuchó un grito apabullante dando inicio a un recital con un escenario demás espectacular. Diez músicos en escena, cinco hombres y cinco mujeres, haciendo un mix coral e instrumental de «Para que me quieras”, «Camino de rosas”, «Te lo agradezco pero no”, «A la primera persona”, «12 x 8” y «Me iré”, mientras se proyectaban, en un juego de cinco pantallas verticales enormes, imágenes del español en las que resaltaban sus tatuajes; bastó con ver su cara reflejada para sentir la emoción de los expectantes.
Al abrirse la pantalla central, ahí estaba Alejandro, vistiendo un traje amarillo, playera, tenis blancos, y gafas oscuras; gritando “¡Jalisco!”, mientras suena el riff distorsionado de la guitarra que da inicio a «No es lo mismo”, su simbología de lo positivo y lo negativo, de lo que suma o de lo que resta.
El sonido está a tope; el madrileño no olvida sus orígenes y el himno que lo define: «Lo que fui es lo que soy”, que viera la luz hace más de 32 años. “¡No te oigo, Guadalajara!”, “¡Buenas noches!”, para entonar «Deja que te bese», hit que hiciera a dueto con el salsero Marc Anthony, y en el que le dio protagonismo en la tarima a uno de sus instrumentistas en la voz.
A cajón, guitarra acústica, piano de cola y trompeta, introduce al primer medley, el que destaca por el flamenco y los ritmos latinos evidenciados en «El alma al aire», «La silla donde te esperé» y «Hoy llueve», convertidas en una trilogía hecha sabor.
Alejandro dirige brevemente: «¿Cómo va la cosa, todo bien? ¡Hablando de paraisos!«, seduciendo con «Lookin for paradise», que en su tiempo cantara con Alicia Keys, dándole en esta ocasión la batuta a su corista Karina que, al final, remata con algunos versos de “La música no se toca”.
«Mi marciana» sirve para demostrar la destreza de su baterista, mientras que al terminar un seguidor grita, a todo pulmón, «Te amamos, Alejandro«, apoyado por la multitud que lo alcanzó a escuchar.
Bien es sabido el gusto rockero del español y la presencia imponente de solos en sus canciones. Esto se hace notar con su guitarrista Alfonso, que incrustó una dupla perfecta de baladas conformada por «La fuerza del corazón” y «Siempre es de noche”, coreadas de principio a fin con demasiada intensidad. «Estoy como que no quiero hablar mucho, we«, «Esta tierra bendita para mí”, «Te quiero, hija mía, está va por ti”, , exclamó Sanz, dedicándole «Desde cuándo” a su primogénita Manuela, de madre tapatía, quien estaba presente apoyando a su padre y en la que sorprendió la aparición del cantante mexicano Christian Nodal, llevándose la ovación de la noche.
«Cuando nadie me ve» vuelve el concierto más íntimo, pero el solo de Mike distorsionado transportó al segundo medley constituido por «Amiga mía», «He sido tan feliz contigo” y «Hay un universo de pequeñas cosas».
Llegó el momento de rendir homenaje a su compatriota Joaquín Sabina y «Contigo» fue la elegida, misma que se unió a la dupla de «Labana” y «La rosa”, está última de coautoría con su más grande influencia flamenca, el músico extinto Paco de Lucía.
Alejandro anuncia que la noche está por terminar. «Les quiero un montón«, dirige antes de regalar el mítico «Corazón partío», aunado a «Hoy qué no estás», ambas de su emblemático Más, el disco más vendido de todos los tiempos en España.
Sanz no se puede excusar del encore, ahora con playera negra y de nueva cuenta gafas oscuras, vuelve a todo el auditorio un canto monumental al ejecutar «Viviendo de prisa», misma que interpreta con una guitarra de corte wirrarika. De pronto, el piano de cola aparece al centro del proscenio para que Alejandro emita «Lo ves», suscitando hasta lágrimas de sus apasionados fans, quienes se negaban a dejarlo ir, y en la que que el cantautor complació con una tercera trilogía compuesta por «Mi soledad y yo”, “Y, ¿si fuera ella?” y «Ese último momento”, dejando a todos totalmente satisfechos. El saludo y el agradecimiento a cada uno de sus músicos fueron el acto brillante del rey de la noche.
Alejandro Sanz se estará presentando el viernes 3 y sábado 4 de marzo en el Auditorio Telmex. Ambas fechas ya son sold out.
Texto: Eduardo Roel Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»