*La fiesta musical en México esta en plena expansión; los gustos, géneros, ritmos y sonidos regresaron al Bajío para quedarse.
Así es, el Tecate Bajio regresó. Este festival que nació 2018, se suspendió durante un año por la pandemia y volvió tímidamente para su tercera edición en 2021, regresó este 2022 con una cuarta edición en todo su esplendor para seguir regando las «plantas musicales«, arrancando por los talentos que que se dan a conocer en los festivales, que inician esta aventura sonora como NEPTUNA, banda de talentosas chicas tapatías que tuvieron el honor de abrir el festival en el escenario Tecate Bajío. Su música y propuesta femenina atrajo principalmente a sus fans así como nuevos seguidores por estas regiones del país.
Después, los deleites metálicos de S7N encendieron los motores del escenario Tecate Original completando el arranque de esta explosiva fiesta que, alternándose entre escenarios, no paró hasta la madrugada. Siguieron MCKLOPEDIA, BETA (esta última con la presencia de Julián André, hijo del legendario baterista de Caifanes Alfonso André) y Chucho Rivas. Con Bratty y Los Estrambóticos, la algarabía inició su efervescencia, mientras el Autódromo León se llenaba paulatinamente con el correr de la tarde. Los platos fuertes fueron haciéndose presentes a medida que el sol intenso amainaba. Aterciopelados y Little Jesus despidieron a la luz del día mientras Carla Morrison embelesó la incipiente noche con sus melódicos temas, que contrastaron con las estridentes melodías ochenteras de Fobia. Pasadas las 20:00 hrs., la primera banda internacional hizo su esplendorosa aparición en el escenario Tecate Original. Los suecos The Cardigans, revivieron toda la nostalgia noventera en la viva voz de una Nina Persson engalanando clásicos como «Lovefool», «Erase/Rewind» o «My favorite mistake» con su experimentada voz. Posteriormente, Zoé cimbró las estructuras del escenario Tecate Bajío así como el corazón de sus seguidores con una colorida e íntima presentación pletórica de ritmos. Con la noche y los ánimos en su apogeo, el ambiente ya estaba listo pacer rugir al león que todos llevan dentro y qué mejor que hacerlo con la potencia contestataria de Panteón Rococó que, al candente ritmo de sus cuerdas, metales y la profunda voz de Dr. Shenka, provocaron un auténtico ritual de poseídos por la magia del slam, que levantó grandes nubes de polvo e incesante lluvia de cerveza con «La Carencia». Después, The Rasmus, la segunda banda internacional y también de los países nórdicos, honró su naturaleza gótica con un concierto enérgico, dinámico y nostálgico intensificado por la intensidad rítmica de sus cuerdas y la privilegiada voz de Lauri Ylönen.
El festival fue llegando a su fin. Al filo del nuevo día, Los Pericos trajeron todo el candor del ska argentino inmerso en juegos de luces multicolores y temas cadenciosos que hicieron bailar a los miles de pacientes seguidores que despedían al escenario Tecate Original. Finalmente, el cierre del encuentro se dio en el escenario Tecate Bajío con la presencia de Jonaz y Alejandro Rosso con unas de las esporádicas presentaciones de Plastilina Mosh en lo que fue, sin duda un gran acontecimiento, pues no siempre se da la oportunidad de prenderse con el despliegue histriónico musical de los regiomontanos a ritmo de «Mr. P-Mosh», «Peligroso Pop» o «Pervert Pop Song».
Así, concluyó una edición más del festival Tecate Bajío con un histórico cartel lo suficientemente relevante como para dejar atrás todas las adversidades pasadas. Un letrero indica «Nos vemos en el 2023» y, más que un letrero, es un mensaje esperanzador para que el festival siga siendo por muchos años más el eje rector de la música en el Bajío.
Texto: Salvador Tabares Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»