Después de una gran espera, por fin se dio el día de volvernos a ver. Llegó el día para el primer concierto vía streaming, totalmente en vivo, de los carnales de San Pascualito Rey, dando paso a la revisión de su discografía iniciando por el grande, Deshabitado, disco que los llevó a reafirmarse en sus inicios como una banda prometedora. Es momento de recordarlo a sus veinte años de carrera y casi quince del lanzamiento de tan memorable material.
La velada comenzó con algunos videos de la banda permitiéndonos despertar esa emoción y ambientarnos, en lo personal, con la imagen en la pantalla de mi habitación, luces apagadas y el volumen tan alto que tal vez los vecinos pudieron disfrutar. Poco después de la hora marcada comenzó el primero de, esperamos, sean varios encuentros con la banda completa tocando totalmente en vivo. Con un escenario totalmente armado y una iluminación que evocaba los tonos sombríos en rojo y negro de la portada del memorable disco, comenzaron a sonar los primeros acordes de a la noche con “Caemos o Volamos”, tema que dio entrada a este maravilloso viaje a distancia, pero que nos acercó en demasía a lo desgarrador y cortavenas que llegan a ser las letras del Deshabitado. Así, una a una sucedieron las canciones con la banda entregándolo todo, con un Pascual moviéndose en el escenario poniendo en jaque al personal de cámaras al salir del escenario, recordándoles que esto era en vivo y debían estar atentos, como sucede en cualquier concierto.
Tras una breve pausa para conversar con la gente del meet & greet, que estaba conectada vía Zoom a través de una especie de telepronter frente a Pascual, llegaron los saludos de los presentes desde sitios como la propia Ciudad de México, Querétaro o Puerto Vallarta, hasta lugares lejanos como Colombia o Amsterdam, consolidándose así como un concierto más allá de los límites geográficos otorgando una entrega con presencia global.
Con algunas pausas entre las canciones para saludos y agradecimientos, así como la exhibición de artículos de merch en la pantalla, el recital siguió su marcha con Lejos, Navegando, Así es el amor y Olvídate de mí, momento en que Pascual Reyes cedió el micrófono a Juan Morales en el bajo, para contar una anécdota nunca antes mencionada, donde se reveló el motivo de ese ritual que los acompaña desde 2006 en el que Pascual y Juan se unen al término de esta canción: todo surgió a raíz de un accidente automovilístico muy grave que hizo pensar a Juan que nunca volvería a tocar, sin embargo, en una fiesta esté prometió a Pascual que si podía volver a hacerlo se acercarían para sellar esa promesa, la cual han cumplido hasta la actualidad y enmarcan con una frase memorable, “A pesar de lo mal que se ve, no es el fin del mundo”.
Deshabitado, La verdad, Pervertidamente lograron adentramos aún más en este grandioso recorrido aunado a temas que más nos rasgan el corazón como Una Esquina en el mar y No hay nada, canción en que Pascual entonó la frase “Después de ustedes no hay nada”. Tras este recorrido a lo largo de uno de los mejores discos de San Pascualito Rey, cerraron la noche con el tema Me da miedo la vida, presente en su último trabajo de estudio Animanecia, aunque confesaron que se había creado inicialmente para el Deshabitado, pero al final decidieron no incluirla. Actualmente con otro significado para Pascual, tomó tal fuerza que decidieron incluirla en su último material y presentarla como el cierre con broche de oro que esta gran noche mereció.
Con la Presencia de Vicente Jáuregui en la Guitarra y Giango en los Teclados junto con el resto de la alineación que ya conocida, este concierto, aún en distancia, nos hizo vibrar como sólo San Pascualito Rey sabe hacerlo, con sus letras, su música y toda la energía que liberan siempre sobre los escenarios nos hizo olvidarnos un momento de la distancia y vivir un concierto en forma, desde la comodidad de nuestros hogares.
Texto: Rodrigo Arce
Galería: Fernando Aceves