Texto y fotos: Luis Gómez Sandi
Luego de 26 años, la formación original de Guns n Roses volvió a Guadalajara justo al recinto en el que la dejaron: el Estadio Jalisco. Durante esa larga ausencia, los californianos pasaron del apogeo al declive, la consagración como leyenda, separaciones y reconciliaciones sin que estas vicisitudes mermaran la fidelidad de sus seguidores, quienes volvieron a darse cita, junto con nuevas generaciones de aficionados, al «Coloso de la Calzada» el viernes 18 de octubre.
La zona del estadio sucumbió al evento. Calles cerradas,el transporte público saturado, autos estacionados por todos lados y autoridades que no se daban abasto para controlar la avalancha de asistentes de todas las edades que, luciendo camisetas negras, sombreros altos y otros detalles propios del rock de los noventa, atestaron los túneles y calles aledañas al recinto. Hubo fanáticos de todos los rincones de la República e, incluso, algunos de otros países como Guatemala. Un reportero de El Debate de Culiacán comentó que tuvo que sortear la crisis de seguridad que padeció la ciudad para poder acudir al tan esperado concierto.
Adentro el panorama era muy parecido. Un estadio que paulatinamente se fue llenando con cerca de 40 000 asistentes ocupando cualquier espacio vació tanto en cancha, gradas, palcos e incluso los pasillos. La euforia combinada con la espera dio paso a la ola y los persistentes golpes a las gradas con los pies haciéndolas retumbar como truenos anticipando una tormenta, misma que amenazó con hacerse presente y alcanzó a mojar al público con una pequeña pero punzante llovizna.
Sin perder la costumbre la banda tardó en salir, pero en punto de las 21:30 hrs., luego de una serie de animaciones proyectadas en las tres pantallas monumentales del escenario, Axl, Slash y Duff McKagan irrumpieron con «Its so easy» en medio de un espectacular juego de luces. A partir de ahí los éxitos se fueron sucediendo uno a uno con poca interacción de la banda con el público. «Mr. Brownstone«, «Chinese Democracy» y «Welcome to the jungle» surgieron de la ya desgastada voz de Axl Rose quien, a pesar de ello, conserva todavía la energía para hacerlas memorables. No faltaron los covers a Paul McCartney, Velvet Revolver, Misfits, Bob Dylan y The Who con «Live and let die«, «Slither«, «Attitude» y «The Seeker» respectivamente o temas como «You could be mine«, «Shadow of your love» y «Civil war» que trajeron recuerdos a más de un fanático de cepa o deleitaron por primera vez a más de un neófito.
Con «Locomotive» fueron presentados los miembros de la banda y fue precedida por un emotivo solo de guitarra de Slash en el que por cerca de quince minutos demostró las cualidades que lo han puesto en el Olimpo de los guitarristas. Un solo de marcados ritmos de blues que se transmutó en una conexión magistral con «Sweet child of mine» dando paso a las cerezas del pastel de esta noche histórica. La presencia de un piano en escena hizo estallar el recinto en algarabía y la invasión de celulares iluminó el estadio. No era para menos, estaba a punto de sonar «November rain«. Aunque la incipiente lluvia se esfumó antes de iniciar el concierto, las pantallas la recrearon para dar la atmósfera ideal al tema que definió la noche con los armoniosos acordes de Slash y la voz intensa aunque un tanto gastada de Axl.
Con el silbido de la locomotora de «Night train» la banda se despidió del público pero volvieron poco más tarde con un encore digno para el cierre de la noche con «Don´t cry«, «The Seeker» y «Paradise City«.
Con veinticuatro temas y poco más de dos horas de concierto, Guns n Roses se despidió nuevamente de Guadalajara dejando entre los presentes una mezcla de sentimientos encontrados entre la enérgica interpretación de la banda a pesar del paso de los años y los problemas que a través de ellos han tenido que sortear pero y la desazón de un evento cuya dimensión superó todas las posibilidades de control dificultando desde el acceso hasta la permanencia en el mismo.
Pero en algo coinciden todos: fue una noche histórica y eso es lo más importante.
La gira de Guns n Roses sólo tuvo dos escalas en México, una en Guadalajara y otra en Tijuana.