Fotos y texto: Luis Gómez Sandi «Lags»
Serrat volvió a Guadalajara el martes 19 de febrero, pero no lo hizo sólo ni con las manos vacías. Trajo consigo todo el candor, colorido y pasión del Mar Mediterráneo así como las historias de su gente sencilla pero de carácter fuerte con su gira Mediterráneo da Capo. Sus olas multiculturales inundaron un abarrotado Teatro Diana en donde la barrera de la edad se fue al suelo como el Muro de Berlín.
Precedido por sus músicos, el cantautor catalán se apersonó en el escenario poco después de las 21:00 hrs. abriendo directo con «Mediterráneo«, el mítico himno de profunda identidad que da nombre tanto al disco de 1971 como a la gira actual. Agradeció al público su jubilo generalizado y declaró estar feliz de estar en Guadalajara «la ciudad de la eterna primavera…aunque quizá un poco calurosa». Ante la peculiar decisión de conmemorar los 48 años del disco en lugar de esperar a los cincuenta, Serrat lo atribuyó a que «la fragilidad de la vida me hace prudente y por eso estoy ansioso de celebrar» y aconsejó «si tienen algo que celebrar ¡Celébrenlo!»
Poco a poco el repertorio de Mediterráneo se fue apoderando del ambiente con cada uno de sus temas. «¿Qué va a ser de ti?» removió los sentimientos por la partida de los hijos; «Vagabundear» y «Pueblo Blanco» detonaron la nostalgia por el terruño y «Barquito de papel» recordó que crecer es navegar y dejar atrás.
Aparecieron el «Tío Alberto«, del que confesó no ser en realidad su sobrino y que lo de «tío» fue un apelativo que le pusieron desde hace mucho tiempo al aristócrata Alberto Puts Barau, «La mujer que yo quiero» y «Lucía«. Con «Vencidos«, el espíritu Don Quijote de la Mancha cabalgó entre los asistentes con su serenidad y amargura abriendo paso a «Esas pequeñas cosas«.
Como un parteaguas entre el disco y los éxitos, Serrat tomó la palabra para destacar la importancia de ese mar atrapado entre tierras que bordea pueblos, gente y culturas tan diversas desde la cosmopolita Europa del Este y el entrañable Medio Oriente. «El Atlántico y todos los océanos del mundo sólo son afluentes del Mediterráneo«, concluyó para después interpretar otra oda al mar, ahora en francés, con «La mer«, de Charles Trenet.
Aprovechando la luna radiante, esa que «es la más grande que veremos en lo que nos queda de vida«, invocó al poeta Jaime Sabines con «La Lluna», una versión musicalizada del poeta chiapaneco que originalmente fue adaptada al catalán pero prefirió cantarla en castellano. Ya encaminado en la senda de la poesía, aprovechó para materializar la obra de Antonio Machado con «Cantares», un tema distintivo que puso en la cumbre su trayectoria como exponente de la Nova Cançó catalana.
Sobre las mujeres, confesó sentir por ellas una «profunda y sincera admiración» misma que se ha reflejado en los numerosos temas que les ha dedicado. Por ello, interpretó «Menos tu vientre» con sentida dedicación para aquellas que han sido «asesinadas ante la mirada cómplice de esta sociedad«.
A diferencia de la luna, la noche dentro del Diana fue menguando y, a la vez, encendiendo los ánimos con temas cada vez más representativos. Así, fueron surgiendo «Para la libertad» y la revitalizante»Hoy puede ser un gran día» para cerrar con la odisea de «Penélope» y su inquebrantable fidelidad a prueba de los años.
Aunque al final de este tema Serrat clausuraba la noche diciendo que «como todo viaje este llegó a buen puerto», fue tal la ovación de pie generalizada y la exigencia de más temas que volvió dos veces para complacer a su público con temas imperdibles como «Tu nombre me sabe a hierva«, «Esos locos bajitos» y se despidió como sólo un catalán, curtido por el sol y un pequeño mar que por un día se extendió de Estambul a Guadalajara puede hacerlo: en medio de «La fiesta» y cerró son su característico sentido del humor «Son un público maravilloso. No sé cómo sean de padres de familia pero como público son maravillosos«.
A la salida del teatro, el cantautor tuvo un breve acercamiento con el público antes de abordar su camioneta. Saludó, firmó autógrafos y recibió todo tipo de alabanzas antes de alejarse rumbo a la avenida.
La gira Mediterráneo da Capo tocará su último puerto mexicano en la Ciudad de México el próximo 23 de febrero en el Auditorio Nacional.