Texto: DAVID MELÉNDEZ
No hay vuelta de hoja: Vin Diesel es el Mike Tyson de Hollywood. Vaya, noquea todo lo relacionado al histrionismo puro. Sin mayores esfuerzos, cualquier cosa dramática la diluye; las pocas veces que se muestra «amoroso» en pantalla, su expresión impávida de macho alfa, da al garete con todo; y, sin irnos más lejos, su comedida tendencia de «pose-de-acción-eterna» tampoco le ayuda mucho en las escenas donde su agilidad y gallardía masculina es requerida.
The Last Witch Hunter: EL ÚLTIMO CAZADOR DE BRUJAS nos habla del último cazador de seres infernales. Descendiente de una antiquísima estirpe encargada de proteger a la población de los ataques y los maleficios de los adoradores de Lucifer. Que se ve obligado a colaborar con una poderosa bruja para evitar una invasión que comenzará en la ciudad de Nueva York.
Entonces, ¿por qué es tan atractivo —en el sentido que es un imán para las masas hacia la taquilla de los cines— para los productores y la industria cinematográfica? Sólo Dios lo sabe y lo anterior, no es ninguna exageración.
Para esta nueva entrega de la estrella de la saga interminable de Rápido y Furioso (con todo y muertos), El Último Cazador de Vampiros, la cosa no varía mucho de, digamos, Riddick (2013). Diesel todo lo puede, todo lo hace, sea mortal o inmortal.
Ahora le toca encarnar a Kaulder, un cazador de brujas que hace 800 años pudo matar a la Reina Mayor del Mal y antes de morir, le «pasa» la maldición de ser eterno. Brincamos a tiempos modernos y el susodicho Kaulder se dedica profesionalmente a capturar brujas y encerrarlas para siempre. Claro, no sin antes galanear con chicas, tener un auto deportivo, vivir en un lujoso departamente frente a Central Park (claro, en Nueva York) y ser el encargado en mantener la paz entre las personas normales y las que poseen poderes mágicos. Como se imaginarán, ese Reina Bruja no murió del todo y quiere reencarnar en estos tiempos modernos de móviles e iPads, para soltar la plaga del Apocalipsis.
Acompañando a Diesel están Elijah Wood y Michael Cane (el fiel mayordomo de Batman), pero parecen perdidos en sus papeles, sirviendo de mero adorno de un guión endeble por doquier y bastante cansado. Eso sí, se agradece que la historia no sea una maldita adaptación de cierto cómic o libro de espantos, sino original. Aunque, por cierto, cae en decenas de lugares comunes como si fuera pastiche del montón de historias que la mayoría de los espectadores ya nos sabemos casi de memoria o las hemos visto pasar infinidad de veces sobre la pantalla grande.
El Último Cazador de Brujas (The Lasto Witch Hunter)
D: Breck Eisner. Con Vin Diesel, Rose Leslie, Elijah Wood y Rena Owen. Estados Unidos, 2015. Duración: 106 minutos.
Al final, el aspecto visual es el más atractivo, logrando que los espectros y espantos del averno luzcan creíbles y aterradores. Y, un consejo final: no se agrieten los tímpanos con la desastrosa canción de los créditos, que no es otra cosa que la infame "Paint it black" de Ciara.
Sobre aviso, no hay engaño. Quedan advertidos.
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