*El pasado sábado 22 y domingo 23 de junio, la ciudad se llenó de música con el festival Rock n Rolla, organizado por Showtime México
Rock n Rolla no sólo trajo consigo una propuesta que ya se veía poco para los festivales locales de rock nacional, sino que también reanimó ese interés por las producciones más locales, alejadas de los formatos que Ocesa ya nos tiene acostumbrados. Con una selección de artistas nacionales, se destacó por su enfoque en la trayectoria y la historia musical, alejándose de las tendencias efímeras y los artistas con menos años de carrera.
El lugar elegido para el festival fue simplemente espectacular. La vista de los edificios cercanos al atardecer, junto con la accesibilidad en transporte público y la ubicación dentro del Periférico, ofrecieron una experiencia cómoda y memorable para los asistentes. El clima fue el mejor aliado, con nubes y sutiles lloviznas que refrescaban el ambiente, creando el escenario perfecto para disfrutar de la música al aire libre.
El festival tuvo un golpe fuerte después de que Molotov se bajara del cartel y Enanitos Verdes tuviera que reagendar. Aun con ese obstáculo, el evento se reprogramó y se llevó a cabo sin problemas, superando la adversidad y mostrando la capacidad de la organización para adaptarse a los imprevistos. Los dos días del festival se llevaron a cabo con completa calma. Las bandas se presentaron en un formato de 45 minutos cada una y poco más de una hora los headliners, en dos escenarios gemelos que solo daban de cinco a diez minutos de descanso entre presentaciones.
Las bandas seleccionadas para el festival fueron un gancho seguro para los fanáticos del rock mexicano. El cartel incluyó a exponentes clásicos como El Gran Silencio, Genitallica e Inspector, así como a bandas de la nueva escuela como Porter, Little Jesus y LNG/SHT. También aseguraron la asistencia de muchos con la presencia de Hello Seahorse!, Nortec y Alison. El único headliner internacional, Enanitos Verdes, tuvo su primera presentación en Guadalajara después del deceso de su vocalista Marciano Cantero. Durante su actuación, hicieron un homenaje a Cantero con la canción «Luz de día», con la cual cerraron su presentación estelar.
Un momento destacado del festival fue cuando el vocalista de Inspector comentó «En Guadalajara hemos escrito algunos capítulos difíciles de olvidar», frase que evocó recuerdos de su presentación en el festival Reventour de 2013 en Calle 2, donde la banda enfrentó una multitud enardecida que lanzó vasos con piedras y tierra, resultando en la clausura del lugar durante un par de años. Recordar ese festival puso en directa comparativa la tranquilidad y seguridad con la que se desarrolló el festival de este año, mostrando el progreso y la mejora en la organización de eventos en la ciudad.
Un festival de leyendas locales y nacionales
El festival contó con un line-up diverso que abarcó diferentes estilos dentro del rock. Entre los actos principales estuvieron Genitallica, conocidos por su fusión de rock, ska y punk, y Los Estrambóticos, cuya energía y letras irreverentes prendieron al público. Allison ofreció su mezcla característica de pop punk y emocore, mientras que Porter y el Gran Silencio impresionaron con su rock experimental, haciendo bailar a su publico. Cuca, con su irreverencia y letras provocadoras, cerró la noche con una actuación llena de energía, completando una jornada de música ininterrumpida llena de emoción.
Para facilitar el flujo continuo de presentaciones, el festival dispuso de dos escenarios colocados estratégicamente uno junto al otro. Esta disposición permitió una transición rápida entre las bandas, minimizando los tiempos de espera y manteniendo al público constantemente entretenido. La organización del evento mostró una planificación meticulosa, asegurando que cada detalle, desde el sonido hasta la iluminación, estuviera perfectamente coordinado.
El ambiente del festival fue inigualable. A pesar de las amenazas de lluvia, el clima no logró interferir, y la jornada se desarrolló sin inconvenientes meteorológicos. El público, una mezcla de familias, amigos y aficionados al rock de todas las edades. Se podían ver niños disfrutando junto a sus padres, así como grupos de amigos coreando y bailando cada canción.
En conclusión
El éxito de esta primera edición del festival Rock n Rolla ha sentado un precedente positivo. La calidad de las presentaciones, la organización impecable y la respuesta entusiasta del público auguran un futuro prometedor para este evento. Muchos de los asistentes ya expresan su deseo de que se realice una segunda edición, esperando que se convierta en una tradición anual en la región.
Aún así, el festival tuvo algunos aspectos que se pudieran mejorar, como la vista desde fuera del recinto que, aunque funcionó bien como promoción, podría resultar contraproducente en futuros eventos. Algo que podría ayudar a que este festival se consagre con firmeza su presencia cada año es agregar sólo uno o dos actos internacionales pesados y evitar bandas «sorpresa» que, al revelarse, puedan provocar una desilusión.
En resumen, el festival Rock n Rolla dejó, además de buena música y grandes momentos, sino que una huella significativa en la escena local, pero con algunos ajustes, podría convertirse en una referencia para futuros eventos en la ciudad.
Texto: Isaac Anaya / Elizabeth Hernández Fotos: Elizabeth Hernández