*Las bandas tapatías Ray Coyote y Say Ocean hicieron historia en el Teatro Diana al apoyar con su música a la comunidad de artesanos wixárikas con problemas de vista
Son pocas las bandas que destinan su esfuerzo y su tiempo para hacer conciertos con causa. En Guadalajara se empieza a hacer conciencia y se apoya a comunidades que son parte fundamental de nuestros orígenes y de nuestra cultura. Las agrupaciones tapatías Ray Coyote y Say Ocean, con el apoyo del Centro Cultural Teatro Diana, pusieron la muestra.
Alrededor de las 20:00hrs., el punk rock se hizo notar en el escenario; la leyenda animada en la enorme pantalla de Say Ocean, dio comienzo al encuentro. Bastó un par de guitarras, un bajo, una batería y el juego de voces entre «Piña» y «Pako» para sumergirse en su mundo melódico lleno de sensaciones. La madurez que han ganado con el tiempo se pudo percibir en la reacción de sus seguidores que estuvieron atentos dejándose guiar por lo que sucedía en escena. El acelere en “Hostil” lo pudo atestiguar.
Antes de dar comienzo a los protagonistas de la noche, se dio voz para agradecer al público por haber contribuido a semejante causa, pues todo lo recaudado con las entradas, sería destinado a la comunidad wixárika con la finalidad de apoyar a gente con problemas en los ojos.
Pasadas las 21:30hrs., una cápsula estilo documental exhibió a la hermandad Ojos de la sierra y la enorme labor de todas las organizaciones que colaboran con ellos; el tema “Rubén Darío” fue el fondo ideal para introducirnos a la noche.
Acto seguido, los tapatíos de Ray Coyote emergieron al escenario con la potencia de “Tercer ojo” y la crudeza de “Ilegal pensar”, ambas de su nuevo Ep Ojos de la sierra, para que la imagen del coyote se hiciera presente al llegar el “Síndrome de esta calma” y “Solid state love song”, que apaciguaron un poco el momento.
El escenario lució por el decorado de simbolismos wixárikas y el atuendo vaquero estilo western de Pablo Barba en la voz, la elegancia oscura de Richie y Wicho en las guitarras, así como de Julio y Daniel como soporte en el bajo y la batería, en un combo sonoro que que invitó a un viaje en un vaivén de sonidos experimentales con demasiada fuerza y dureza.
“Legalisten”, “Herculess” y “Demetrial” convirtieron todo el espectáculo en una especie de ritual, así como el arribo a la tarima de Uxi y Blnko de San Venus para acompañar en “El llanto de las tipas”, así como Jero Makuyeika en “Alquimia pura” y Ckovi, rematando en medio de un grupo coreográfico con toque urbano. El último en hacerse participe de esta representación fue «Piña» para hacerse notar en “No hayla”.
Pablo en solitario transportó a la calma abrazado de su guitarra en medio de “El silencio” y “Rubén Darío”, en un canto unísono en todo el recinto, para proseguir presentando a la banda y dar agradecimiento a sus padres por asistir por primera vez a un recital del Coyote, rematando el set con “555” y “Londonsitar ensamble”, para finalizar la jornada.
El encore infaltable sucedió con “Ruvalcab”, “Tula única” y la sorpresa final, el Javis de La Revo en escena con el clásico “Nasty sex”, no sin antes regalas «Ceibas», dejando a todos los presentes satisfechos en un show que destacó por el compromiso, la actitud y la música.
Texto: Eduardo Roel Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»