*Iván Ferreiro convirtió el C3 Rooftop en una Trinchera Pop ante un público que coreó cada verso como un manifiesto compartido
El C3 Rooftop se convirtió la en una trinchera musical la noche del jueves 24 de abril, donde Iván Ferreiro desplegó su último trabajo discográfico, lanzado en 2023 y al que le hacía falta la recepción en tierras tapatías por sus fans más aguerridos, con el que el cantautor español demostró que la independencia también suena a himnos colectivos.
Horas antes, los seguidores que adquirieron el acceso especial disfrutaron de un encuentro cercano con el cantautor en un meet & greet, inmortalizando el momento con fotografías y firmas.
La noche comenzó con la cantautora local, Paola Meza, tejiendo nostalgia entre notas y silencios, con su guitarra como fiel compañera. «Espacio infinito», «Adiós», dedicada a a las personas «migajeras«, que todos en algún momento han sido una, cerrando con el estreno de «Volver a creer»,efatizando que es un recordatorio sobre la paz mental. Excelente preludio íntimo antes de la llegada del estelar. Con gratitud hacia el público y el C3 Stage, que le ha abierto sus puertas en diversas ocasiones, se despidió tras una presentación de aproximadamente treinta minutos, dedicando tiempo después a sus fans al termino de la misma para charlar y tomarse algunas fotos.
A las 21:00, Iván Ferreiro apareció con una sonrisa cómplice y una advertencia: hablaría poco, dejando fluir por delante las canciones. «Canciones para no escapar« abrió el set y, con ella, arrancó esa promesa de un viaje sin pausas. La elección de este tema para inaugurar el show no fue casual, ya que también es la encargada de dar comienzo al disco, La letra, que en su tramo final promete esperar «en las trincheras de la canción, «en las trincheras de tu ciudad«, cobró una dimensión especial, como si cada espectador encontrará su propio refugio en esas estrofas.
A lo largo de la presentación, la energía no decayó incluso cuando los monitores in-ear de los músicos fallaron alternadamente, ocasionando breves pausas para la corrección, pero en todo momento se mantuvieron firmes en el escenario como soldados en su trinchera sonora. Entre sonrisas cómplices y ajustes improvisados, Ferreiro y su banda demostraron que, incluso en medio de la incomodidad, el escenario puede seguir siendo hogar.
A mitad del recital, Ferreiro recordó las veces que ha pisado Guadalajara y como cada vez ve más personas en sus conciertos. No ocultó su deseo de que, en el futuro, esa reunión con sus seguidores pudiera celebrarse en la sala principal del recinto, el C3 Stage, como ya lo hicieron sus «hermanos» de León Benavente, quienes dieron este paso huella meses atrás. Los fans recuerdan sus visitas desde sus días con Los Piratas, hasta el último encuentro como solista años atrás en otro foro de la ciudad, cercano a la Calzada Independencia
Temas como «La gran belleza», «Inerte» y «M» fueron hilvanándose en un set donde se repasó la trayectoria del cantante. No faltaron momentos intensos con «Extrema pobreza» y la energía de «Pinball». El público se entregó a la melancolía de «Dejar Madrid» y la fuerza de «Santadrenalina». La noche avanzó entre la introspección de «El dormilón» y la zozobra de «Una inquietud persigue mi alma», fusionándose con la complejidad dé Equilibrio es imposible» y «Pensamiento circular». La emotividad se elevó con el díptico de «Miss Saigon» y «En el alambre», dando paso a un instante especial con «SPNB», donde Amaro Ferreiro acompañó a su hermano en solitario a la guitarra.
La reflexión llegó con «La humanidad y la tierra», para luego sumergirse en la nostalgia ochentera con «Años 80» entrelazada con «El viaje de Chihiro». La conexión con el público se hizo presente en «Cómo conocí a vuestra madre». Casi al final, en un gesto de sinceridad, Ferreiro confesó que prefería evitar el ritual de fingir un adiós para luego regresar, así que pidió no perder tiempo en formalidades; también bromeó con que el médico le recomendó dormir temprano, por su edad, preguntando la hora para indicar que ya era tarde y más porque viene de otro continente. Así, tras una emotiva interpretación de «Turnedo», que abrió con una estrofa de «19» de Maga, llegó el momento de despedirse, al igual que en el disco con «En las trincheras de la cultura pop». Esta última, un manifiesto de resistencia y refugio, resonó con fuerza en quienes encontraron, entre la letra, una confesión de vida que no necesita artificios.
En un último acto de celebración, Iván y Amaro Ferreiro se pusieron a bailar al ritmo de «Because I’m me» de The Avalanches, la cual sonaba de fondo, como si la trinchera construida esa noche fuera, al final, un lugar donde la vida sigue teniendo música y movimiento, de manera compartida
Texto y Fotos: Roy Arce