*Moderatto visitó la Perla Tapatía con su gira del adiós y tenemos todos los detalles de la icónica noche
El público desfilaba por los pasillos con sus prendas color negro, desde lo más sencillo hasta lo más glamuroso. Tonalidades desgastadas y otras tantas, vibrantes, pero al final todos con el mismo fin: disfrutar del último concierto de Moderatto.
Puntuales, a las 21:00 h, el escenario se iluminó con reflejos rojos y una cobra a cada lado de la tarima, imponentes, con sus dientes afilados y sus lenguas largas. Los primeros acordes se hicieron presentes, “Quemándome” dio inicio a una noche apasionada, melancólica y claro, llena de rock al puro estilo de Jay de la Cueva.
“Necesito las palmas de los malditos pecadores” exclamó.
El baterista, imponente, tocaba en una tarima más elevada a mitad del escenario, los músicos se movían de un lado a otro, “Zodiaco” y “No podrás” resonaron en el recinto, que por cierto, estaba a reventar.
“Buenas noches, Guadalajara, Jalisco. Estoy muy conmovido, me encuentro en un grado muy alto de vulnerabilidad… gracias por tanto amor durante tantos años, gracias por hacer nuestros sueños realidad…”
Sin más y al sonido de los otros guitarristas, continuaron el espectáculo con otros tantos covers, “Como quien pierde una estrella” y “Sálvame” entre ellos.
Cada que la banda pedía “ruido”, el público reaccionaba de manera enérgica, dejando el alma en el concierto. Los gritos peculiares de Jay recibían una infinidad de aplausos y halagos cuando se hacían presentes entre canción y canción. Sin miedo a extenderse demasiado, los músicos se dieron el tiempo de repetir los temas y las estrofas principales, complaciendo a la audiencia, volviéndose una sola voz que resonaba a las afueras del auditorio.
“Somos una banda que iniciamos con una falsa biografía, soñábamos con tocar en los lugares como Asia y gracias a ustedes, lo logramos, además, quiero darle un aplauso a los covers, porque todos lo hacemos…”
Gran parte del setlist de su show, estaba conformando por covers de artistas de la talla de Alejandro Fernández hasta RBD. Los fans eran los más emocionados, el estilo de Jay convirtió esos temas en suyos. “La llamada de mi ex” la cantaron en acústico y mientras Jay tocaba el piano, los guitarristas le hacían segunda con la voz. Tras un pequeño apagón, reapareció con un extravagante vestuario verde con escamas.
“Ahora sí, que se conviertan en un hospital psiquiátrico esto…”
El clímax de la noche fue “Ya lo veía venir”, Jay invitó a una persona del público a tocar la guitarra con él.
“Emilio, nos harías el favor de tocar esta noche con nosotros, en la tierra del tequila. Este es el instrumento de nuestra fe…”
Tras tocar varias veces la misma canción al son del público, agradeció al joven. “Emilio ¿Te gusta mi guitarra? Te la regalo de todo corazón…” la audiencia aclamó a “Emilio”, creando una atmósfera de intimidad y compañía.
“Los quiero como si los hubiera parido, malditos pecadores”
“Muriendo lento” continuó la fiesta. Jay compartió que su gente favorita es la de la zona de arriba, porque siempre que iba a conciertos, era en ese lugar donde imaginaba cantar en un escenario. Alargó el show para compartir el mayor tiempo posible con sus fans, le cantaron las mañanitas a su maquillista y claro, le dieron un shot de tequila.
Más de tres horas de espectáculo, alrededor de 30 canciones más unos cuantos mix de éxitos, gritos desgarradores y efectos de fuego. “Gracias” dio fin a una noche que los presentes no podrán olvidar.
Texto: Andrea Reyes Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»