*Caifanes es sinónimo de cultura mexicana, es un legado latinoamericano, patrimonio de México, y el Auditorio Telmex atestiguó la firme lealtad de los tapatíos
Es sorprendente el nivel de convocatoria que sigue despertando Caifanes. Las nuevas generaciones se siguen sumando y su música sigue vigente como hace treinta años. El sábado 25 de noviembre se comprobó que su legado está intacto en los tapatíos, con un sold out que hizo historia.
Solo quince minutos de retraso hicieron que comenzara el ritual. Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Marco Rentería y Rodrigo Baills, emprendieron el vuelo con “Hasta que dejes de respirar”, inmortalizando la leyenda Caifanes en la enorme pantalla que adornaba el escenario, ante un conglomerado totalmente de pie, venerando a sus dioses como veladoras a un santo.
Herrera remataba “Viento” con un solo en su saxofón tenor, despertando a la ovación completa, mientras que las “Nubes” apresaban el momento y “Para que no digas que no piensa en ti”, motivaba, evitando que el cúmulo se sentara; acierto de Baills, quien lucía una playera negra de la emblemática banda de punk Misfits, respetar los arreglos originales, sin dejar de imprimir su sonido particular.
“Bienvenido a tu ritual, a tu liberación, a tu catarsis, el aplauso es para ti”, fueron las primeras palabras de Hernández, quien le hizo justicia a los Jaguares al entonar “Nunca te doblarás”, con la fuerza de André en la batería, quien cambió el jersey de los Charros de Jalisco que portaba, alternando con su característica remera de la banda tapatía Cuca.
Saúl aconsejó no tenerle “Miedo” al amor, continuando con un lado b del primer disco “Nunca me voy a transformar en ti”, una de las rarezas del encuentro. La lealtad de los aliados se percibió en las pantallas en las que visualizaron un sin fin de tatuajes que honorificaban a la banda que emitía “Debajo de tu piel”, haciendo un parón para que el caifán mayor dirigiera “Necesitamos hombres y menos machos”, pidiendo un aplauso a las mujeres que han peleado y dedicándoles la “Canción sin miedo” de Vivir Quintana, para llegar al punto climático de la noche con el estreno de “Inés”, e invitando a reflexionar sobre el índice de suicidios en la juventud mexicana.
El viaje mágico y misterioso, como dijeran The Beatles, continuó con “Ayer me dijo un ave”, en la versión Jaguar , y retomando su rugir con “Detrás de los cerros” y “Dime jaguar”, para sorpresa de muchos; y volviendo al disco homónimo o disco negro, como algunos le nombran, con los himnos caifaneros “Cuéntame tu vida” y “Mátenme porque me muero”, entonados de principio a fin como entes monumentales.
“¿Todo bien?, porque apenas estamos empezando”, mencionó Saúl, prosiguiendo con “El comunicador”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Perdí mi ojo de venado”, “Aviéntame” y “Afuera”, la cual versionan desde hace años con un arreglo más crudo y potente a la original, poniendo fin al rito, pero evidenciando que no se negarían a continuar tras la aclamada victoria.
Diego Herrera dio en el punto exacto colgándose el sax y poniendo a entonar el “Himno nacional”, gritándole al auditorio “Y que viva México, chingado”, provocando la euforia de quienes se mostraban dispuestos a dar guerra el tiempo que fuera necesario, logrando que el quinteto, ya completo en la tarima, regalara “Hasta morir”, el clásico homenaje al Divo de Juárez en “Te lo pido por favor”, las más esperadas de la noche “No dejes que” y la versión introductoria en el teclado de “La célula que explota”, dejando satisfechos, tras 27 canciones y dos horas y media de entrega demostrando que Caifanes sigue siendo tendencia y eso es fruto del amplio catálogo que han construido.
Sorprendió que el ritual cambiara el closing de “Imagine” de John Lennon por “All you need is love”, de The Beatles y “Hablando a tu corazón”, de la dupla argentina Charly García/Pedro Aznar, para despedir a la fiel legión caifanera victoriosamente.
Caifanes tiene una cita el próximo sábado 10 de febrero del 2024 en el Auditorio Telmex, y se asegura volver a repetir el sold out como ya es costumbre.
Texto: Eduardo Roel Fotos: Fernando Toris