*El Mató un Policía Motorizado fue un viaje nostálgico hacia lo nuevo
He tenido el privilegio de presenciar la evolución de numerosas bandas, pero pocas han logrado conjugar la frescura de lo nuevo con la nostalgia de lo anterior como lo hizo El Mató un Policía Motorizado el pasado jueves 16 de noviembre en el Teatro Estudio Guanamor en Guadalajara. Desde sus inicios, he seguido de cerca el recorrido de esta banda, viendo cómo han madurado musicalmente sin perder la esencia que los hizo destacar en sus primeros años.
El concierto fue una amalgama perfecta de emociones, un recorrido por su nueva producción Super Terror entrelazado con sus éxitos más emblemáticos. Lo más notable fue el cuidadoso setlist, que fusionó a la perfección lo antiguo con lo reciente, creando una experiencia sonora única. Las nuevas letras, los sonidos experimentales y las vivencias reflejadas en su material más reciente se entrelazaron de manera magistral con la energía y la familiaridad de sus clásicos, resonando en los corazones de los asistentes.
El despliegue visual fue impresionante, desde las proyecciones hasta la selección de luces, que no sólo acompañaban la música, sino que la potenciaban. Esta combinación sumergió al público en un viaje sensorial que elevó la experiencia del concierto a niveles inesperados.
El carisma arrollador de Santy Barrionuevo y el resto de la banda fue palpable desde el primer acorde. Su conexión con el público se manifestó en cada pausa, en cada mirada cómplice y en la constante pregunta que resonaba en el teatro «¿Quieren más?«. Este gesto no sólo generó expectativa, sino que reafirmó el compromiso de la banda con su audiencia, otorgando un concierto no sólo como espectáculo, sino como un intercambio emocional y musical.
El concierto fue un reflejo del tiempo, una inmersión en la trayectoria de la banda que nos transportó desde sus primeras y entrañables canciones hasta sus más recientes composiciones. En su presentación, El Mató un Policía Motorizado demostró una vez más por qué se han convertido en referentes de la música alternativa, equilibrando maestría técnica con la capacidad de reinventarse en cada nueva producción.
En resumen, asistir al concierto de El Mató un Policía Motorizado no fue sólo presenciar un espectáculo musical, fue ser partícipe de un viaje emocional que abarcó lo antiguo y lo nuevo, consolidando a la banda como una de las más destacadas en el panorama musical actual.
Texto: Isaac Anaya
Fotos: Salvador Tabares