Carlos Rivera se presentó ante un recinto completamente abarrotado para honrar al público con sus nuevos sencillos y éxitos de siempre
Un público apasionado, desenfrenado y con ganas de dejar el alma y la garganta en el evento. Las filas para ingresar eran eternas, el movimiento de personas no disminuía; vestuarios discretos y algunos otros extravagantes desfilaban por las afueras de las Fiestas de Octubre, ansiosos por llegar a su destino.
A la media noche, puntuales, apagaron las luces dejando en penumbra al público e iluminando la pantalla central. De pronto, un avión marcó una ruta comenzando por México, seguido de La Patagonia, España, Francia y culminando en Brasil. Los gritos se hacían presentes con cada minuto que transcurría. Pesé al apagón, Carlos se hizo desear por treinta minutos más, comenzando el espectáculo a las 12:30 am y con un intro acompañado de “Te soñé” e imágenes de Tlaxcala.
Un performance exquisito que, nos informaba que estábamos a punto de viajar a un lugar increíble, dio la bienvenida a la estrella de la noche. “Un viaje a todas partes” inauguró la velada.
“Muy buenas noches Guadalajara, esta es nuestra noche a partir de este momento, yo te pertenezco a ti y soy solo para ti… sí tú estás listo para viajar conmigo, para dejarte llevar para cantar, bailar llorar…”
“100 años” y “Todavía no te olvido” fueron cantados con todo el corazón, “Ya no vives en mí” fue el punto exacto para que, después de esas baladas tan nostálgicas, Carlos promocionara el “Santo Gusano”, su nuevo mezcal. Aprovechando la pausa, leyó algunos carteles. “Me invitas a tomar tu santo gusano” leyó entre el público, sin dudarlo, hizo pasar a la chica y brindaron juntos.
El concierto se dividió en 7 bloques y diferentes estaciones, unas más cálidas, otras más tropicales. “Recuérdame” llevó a la melancolía extrema, se observaba a algunos asistentes conectados con la canción, llorando en silencio.
Dejando atrás los corazones rotos con “Regrésame mi corazón”, “Si te vas” y “Sincerándome”, aterrizaron en una isla llena de sabor y rumba; “Bendita tu vida”, “Perdiendo la cabeza” y “Lo digo” pusieron a bailar a toda la audiencia. Aprovechando la ocasión, el artista invitó a cuatro mujeres al escenario, todas de distintas edades; desde una joven vestida de mezcal hasta una abuelita que no dejó de gritar en todo el concierto y logró tener un abrazo del intérprete mexicano.
Conviviendo en todo momento con su público, Carlos Rivera ofreció una noche mágica, llena de pasión y emoción, entregándose en cuerpo y alma. Alrededor de 30 canciones y dos horas de show fue lo que la audiencia pudo disfrutar. “Te soñé” puso punto final a un recuerdo eterno en la mente de todos los asistentes.
Reportera: Andrea Reyes Cámara: Juan Álvarez.