El sábado pasado, la banda capitalina Little Jesus logró llenar el Teatro Diana, tal vez no de gente por el accesos restringido al lugar, pero si de un montón de emociones que nos hicieron viajar durante todo el concierto.
Las tres partes involucradas en ésta fiesta cumplieron de manera sobresaliente con las medidas que a cada uno le correspondían para poder llevar acabo éste concierto de manera inolvidable, por una parte el personal del teatro Diana en todo momento dando indicaciones para el correcto ingreso y desarrollo del evento, en segundo lugar, Little Jesus ofreciendo una presentación que fue digna de ser uno de los primeros conciertos en este teatro, después del encierro que todos sufrimos durante la parte más alta de esta pandemia, mostrando todo su talento y una energía que no se cansaron de contagiarnos en cada riff de guitarra que hacían sonar, y por otro lado, el público asistente quienes acataron todas las medidas que se les indicaban, a pesar de que cada vez que las baquetas de Truco sonaban marcando el ritmo de la siguiente canción, surgía una oleada de emociones en donde parecía que la distancia entre el público desaparecería, sin embargo, los asientos que se encontraban inhabilitados nunca fueron ocupados por ningún asistente.
El concierto inició con un «…espero no se hayan mojado mucho» por parte de Santi, ya que la lluvia no dejó de caer antes, durante y después del concierto en la ciudad de Guadalajara, y terminó con unos aplausos y gritos que nos dejaron no solo un agradable sabor de boca, si no también, una energía esperanzadora para soñar con más conciertos como estos. Gracias Little Jesus, gracias por hacernos creer que podemos lograr que estos conciertos tan emotivos regresen y que solo su talento, la buena organización y nuestra responsabilidad colectiva, los dejará que continúen.
fotografía: Alejandro Guerrero.
nota: Pich Valenzuela.