Texto por David Navarro.
Tras siete años de descanso, regresan los guerreros griegos en una cinta cuyo excesos son al mismo tiempo su mas grande acierto y su peor error.
Si vieron la primera parte, entonces no hay mucho que contar acerca de la historia, es prácticamente la misma, un puñado se griegos (aunque no sean de Esparta) se enfrentan a una fuerza aparentemente invencible (Jerjes y su ejército Persa).
Como ya lo mencioné, el punto fuerte y débil de la película son sus excesos, que impregnan cada minuto de la cinta. Ésta vez la historia, en lugar de ser una sóla narrativa, se fracciona para contarnos distintos puntos de vista del conflicto, se explora los motivos y orígenes de los héroes y villanos, vemos eventos que suceden antes, durante y después de la primera parte, e inclusive logran insertar personajes de la primera cinta de una forma orgánica, sin sentirse forzada su participación, esto le da mucho mayor peso a la película, en particular a los villanos, que ahora si se sienten como personajes de verdad, movidos por pasiones, ideas y sentimientos (dentro de lo que cabe, tampoco es Shakespeare).
Sin embargo esto también tiene una consecuencia negativa, al abarcar tanto, la cinta llega a ser lenta y sin forma, por lo que no parece un producto coherente y unificado, sino una serie de viñetas pobremente articuladas, se siente como que pasa mucho y no pasa nada a la vez.
Estos excesos también se filtran en su estética, la película es visualmente asombrosa, cada cuadro parece una pintura viva, las secuencias de acción se ven espectaculares y la producción en general tiene un sentido épico, pero como ya lo mencioné, esto también se vuelve un problema. La cinta al igual que la anterior, esta plagada de cámara lenta, lo cual se llega a volver cansado, inclusive el 3D sufre por esto, cuando funciona es espectacular, logra que uno se meta a la película, pero como gran parte de las escenas toman lugar de noche, el referido 3D obscurece tanto la película que llega a ser difícil distinguir lo que sucede.
De lo que sí no me quejo es de la nueva villana Artemisia (Eva Green), quien logra por mucho la mejor y más emblemática interpretación de la película, creando un personaje que es a la vez fuerte, carismático y trágico, lo que le permite dominar prácticamente cada una de las escenas en las que aparece.
Si bien parece que me estoy quejando, lo cierto es que a pesar de sus defectos, es una película increíblemente entretenida, que sabe lo que quiere ser y lo que su audiencia busca, y aunque suene contradictorio es buena y mala a la vez, pero independientemente de todo, garantiza un buen rato de diversión en el cine.